Ultrabike, una aventura que hay que repetir y terminar.

Tal como he dicho en la foto que he colgado hoy, me pongo a ello, la excusa para hacerlo se lo vale, actualizo el blog contando la historia del pasado sábado en el Ultrabike. 220 kilómetros que se quedaron solo en 145, me sabe mal, pero me ha servido para ver hasta donde puedo llegar, sin dudarlo, a finisher en 2014! Por mis cojones!

Cuándo me comentaron la posibilidad de participar en la primera edición del Ultrabike la verdad es que no lo dudé, era un reto que tenía en mente desde hace mucho tiempo, 220km non stop. Aunque hay que reconocer que estaba bastante cagado, ¿sería capaz? ¿aguantaría? ¿como se tiene que correr? Al final llego el día; día cinco de octubre a las cinco de la mañana, casi nada.

Cincuenta y ocho fuimos los valientes que salimos desde Sant Celoni a por los 210 kilómetros que recorrieron los que finalmente terminaron la ruta, subiendo para empezar a Collformic por el Montseny y Pla de la Calma, llegando a a Rupit por Viladrau y el pantano de Sau, llegando otra vez a Sant Celoni después de superar Osor, Sant Hilari, Arbúcies y Santa Fe, casi nada.

Salimos a las cinco de la mañana después de madrugar a las tres y media, esto no es para mi… Aún así, me gusto. Se salio a un buen ritmo y se fueron haciendo horas y kilómetros, además de quedar los más ‘fuertes’ delante, concretamente ocho llegamos al primer CP y al segundo en Collformic. A partir de aquí, el grupo empezó a perder unidades, algunos por pinchazo, otros por el ritmo hasta el kilómetro noventa en el Panta de Sau, allí fue donde ya no pude seguir el ritmo de los otros cuatro compañeros de ruta, me quedé solo para llegar hasta Rupit por una carretera de cemento rompe piernas y pestosa.

Con la llegada a Rupit llegó uno de los primeros fallos de novato en una carrera de este tipo, ya estaba sufriendo con la comida ya que no tenia el estomago para muchas florituras a primera hora, además de dormirme encima la bici, si, dormirme. Días antes habíamos planeado que a Rupit haríamos parada para comer un plato de pasta, cambiarnos de ropa y aprovechar para engrasar bici y ya de paso enchufar el navegador, por si acaso; pero contábamos cubrir los 116 kilómetros en siete horas y llegué en menos de seis, por lo que decidí seguir. Mal.

Al salir de Rupit empezó una odisea, primero me pegué un chispazo con el alambre de las vacas en una campo, que dolor! Y luego me perdí, error de navegación. Estuve cerca de quince minutos dando vueltas en un campo sin encontrar el camino y pasando cerca de él, al final lo encontré y me entro un poco de bajón/crisis. Llegué otra vez al CP de Sau, pero, el navegador hacía diez minutos que me había avisado, ¡batería baja! ¿que? Pregunté para cargar el dispositivo, pero no tenían para cargarlo… 25 kilómetros hasta el próximo CP, fui todo lo rápido que pude, quizá gastando más de lo debido, pero no había otra, y si me quedaba sin batería? Al final pude llegar, aunque a dos kilómetros para llegar me quede sin GPS, pregunte para cargar el GPS y… había punto de luz pero no tenían cable, ole yo. Aquí empezamos a meditar, lo pusimos a cargar en la furgoneta con un cable de mechero, pero a la velocidad de carga me tendría que parar en todos los CP para cargarlo; de CP a CP había como mínimo una hora y se nos haría de noche, esperar a alguien suponía perder también mucho tiempo ya que les llevábamos mucha distancia… Quizá había alguna solución más, pero en ese momento no la vimos, iba cuarto, con 145 kilómetros en las piernas y 8:42 horas. Decidimos cargar la bicicleta y abandonar.

 

Ya lo dije en mi tuiter, en ese momento, cansado, con frío en el cuerpo, hambriento, quizá no me supo tan mal abandonar, pero con el paso de las horas, recuperando un poco el poco sentido común cada vez me sienta peor no haber conseguido terminar el un reto que me hacía especial ilusión, espero que en 2014 vuelva el Ultrabike y pueda estar otra vez en la línea de salida, esto no puede quedar así.